Turquesa - significado, efecto e usos
La turquesa es una de las piedras preciosas más antiguas y conocidas, y ha sido apreciada durante milenios. En la gemoterapia, se considera la piedra de los viajeros, ya que ayuda a protegerse de influencias externas y a tomarse los descansos necesarios. Según la tradición, en situaciones de peligro inminente, la turquesa cambiaría de color para advertir a su portador. Por eso, tradicionalmente se ha llevado como amuleto o joya.
Origen del nombre y sinónimos
El nombre "turquesa" proviene del término francés pierre turquoise (piedra turca). Durante las Cruzadas, las turquesas llegaron por primera vez a Europa gracias al contacto entre los cruzados y los pueblos turcos, donde empezaron a utilizarse como ornamentos.
Un sinónimo ya poco habitual de turquesa es kallait, que deriva del griego kallainos (de brillo verde y azul). Otros nombres con los que también se conoce a esta piedra son agafita, arizonita, calaina, chalchuita, henwoodita, johnita y piedra del Sinaí. La turquesa calcárea (ver más abajo) también se denomina plattnerita. La llamada "piedra de Eilat" es una mezcla natural de crisocola, malaquita y turquesa.
Las denominaciones “turquesa californiana” o “turquesa de Utah” suelen referirse en realidad a variscita de color verde claro.
Para joyeros y otros minoristas: joyas y otros artículos de turquesa
Aspectos históricos del uso de la turquesa
La turquesa es una de las piedras preciosas y curativas más antiguas de la historia de la humanidad: ya en el año 6000 a. C. se extraían turquesas en Egipto. Debido a que el color de esta gema recuerda al cielo y al mar, los tibetanos la consideraban una piedra sagrada. Plinio el Viejo (aprox. 23–79 d. C.) escribió que en Carmania (el sur de Persia), la turquesa era especialmente apreciada como piedra ornamental y se consideraba un talismán de buena suerte.
Del sabio persa Al Kazwini (ca. 1203–1283) procede la frase: «La mano que lleva una turquesa y con ella sella, nunca caerá en la pobreza». La turquesa se asociaba con la riqueza y la prosperidad. Como se creía que protegía de una muerte no natural, muchos reyes persas la llevaban consigo. Según la tradición, el cambio de color de la piedra podía advertir sobre peligros inminentes y proteger contra el “mal de ojo” de personas envidiosas. Por esta razón, también era habitual incrustar turquesas en los turbantes.
Entre los pueblos indígenas de América del Norte, la turquesa siempre ha sido muy valorada. Junto con la concha nácar, sigue siendo hoy en día la piedra ornamental más popular en su cultura. La piedra moderna conocida como Mojave combina precisamente la paleta de colores clásica de la turquesa y el nácar de color naranja-rojizo de la ostra espinosa (Spiny Oyster; Spondylus americanus).
Información sobre la piedra Mojave (turquesa y nácar)
El color de la turquesa
La gama cromática de la turquesa abarca desde el verde hasta el azul celeste, pasando por el característico azul verdoso “turquesa”. A menudo, la piedra presenta vetas de limonita marrón o de óxido de manganeso negro, e incluso puede contener inclusiones de pirita.
La variedad de turquesa preferida como piedra ornamental depende no solo del gusto personal, sino también de factores regionales. Por ejemplo, en las joyerías y tiendas de bisutería italianas, se suele encontrar principalmente la turquesa de Arizona de color azul celeste uniforme, sin vetas ni inclusiones.
Turquesa con matriz
Además de las turquesas completamente homogéneas, como las que se encuentran, por ejemplo, en la mina Sleeping Beauty en EE. UU., la turquesa también fascina por el contraste entre el mineral de color verde azulado brillante y la roca madre gris, marrón o negra, conocida como matriz. Esta suele aparecer como vetas que atraviesan la piedra. Que se considere más bella o valiosa la turquesa pura o la turquesa con matriz depende del gusto personal y de diferencias regionales.
Una matriz negra se forma por la presencia de sulfuro de hierro; este es el tipo de matriz más común. La matriz amarilla se origina por el riolita, y la marrón, por una o varias de un total de 16 variedades distintas de óxidos de hierro.
Para comerciantes: Gran selección de turquesas
Ficha mineralógica de la turquesa
Fórmula química, clase mineral: CuAl6[(OH)2/PO4)]4 . 5H20, fosfatos
Formación: sedimentaria, por meteorización de rocas ricas en fosfato de aluminio
Color: azul celeste a azul verdoso
Brillo: ceroso
Sistema cristalino: triclínico
Dureza según Mohs: de 5 a 6
Exfoliación, fractura: sin exfoliación, fractura irregular
Yacimientos, principales países productores: EE. UU. (Arizona, Nuevo México, donde ya era extraída por culturas indígenas desde tiempos prehistóricos), México, Afganistán, China, Israel, Irán, norte de Chile. Muchas minas de cobre históricamente conocidas por su producción de turquesa están hoy en día cerradas. La turquesa que se comercializa actualmente procede principalmente de China, México, EE. UU. y Chile.
Aspecto: aparece como relleno de fisuras, recubrimiento botroidal (en forma de racimo) o en forma de nódulos, a veces con inclusiones de pirita y vetas de limonita.
Usos: la turquesa es una piedra ornamental clásica y, en muchas culturas, también se utiliza en objetos rituales. Tradicionalmente se le atribuyen propiedades protectoras. En la gemoterapia, se emplea para equilibrar los cambios de humor y movilizar las reservas de energía. En la rueda medicinal indígena, la turquesa es el tótem de la Luna Puma (Piscis). En astrología se utiliza para ayudar a las personas nacidas bajo el signo de Piscis a protegerse mejor de influencias externas.
Disponibilidad: escasa
Tratamientos y mejorado de la turquesa
Dado que la oferta de turquesa está muy por debajo de la demanda de piedras bonitas, en el mercado se han establecido diversos métodos para mejorar y estabilizar la turquesa.
Estabilización con parafina
La piedra en bruto se sumerge en un baño de agua con parafina, absorbiéndola como una esponja. El objetivo es conservar la estabilidad y el color de forma duradera. Este procedimiento es muy habitual en joyería, especialmente con turquesas con matriz. Solo después de estabilizar la piedra es posible lijarla, perforarla y pulirla; sin estabilización, la mayoría de las turquesas en bruto se desharían.
Pulido con resina de poliéster (Poliresina)
Después del último lijado, la turquesa se pule con una resina sintética llamada poliresina. Esta penetra en las capas superficiales, intensificando el color, aportando brillo y creando una superficie especialmente lisa.
Impregnación
Consiste en aplicar, después del lijado, un aglutinante plástico —normalmente incoloro— sobre la turquesa. El objetivo es sellar la superficie y proteger la piedra contra la decoloración y el resecamiento.
Método Zachery
El tratamiento de la turquesa mediante el método Zachery es una alternativa a la estabilización convencional. Permite trabajar también con piedras porosas que normalmente se romperían durante el lijado. Es un proceso largo, ya que las turquesas se calientan durante varias semanas. Como resultado, las piedras son más fáciles de cortar y pulir, y resisten mejor la suciedad, el sudor y otras impurezas. Este método fue desarrollado por el ingeniero James Zachery, perteneciente a una conocida familia estadounidense de comerciantes de turquesa. Solo puede aplicarse a auténtica turquesa. Décadas después de su invención, el proceso exacto sigue siendo un secreto bien guardado. Solo puede detectarse a nivel molecular.
Pulseras de turquesa, colgantes y mucho más para joyeros y minoristas
Turquesas especiales de origen natural y artificial
Turquesa africana
Es un nombre comercial para diversas piedras verde-azuladas con matriz, de origen tanto natural como artificial. Entre ellas se incluyen, por ejemplo, diorita con crisocola y distintos tipos de jaspe de color verdoso y negro.
Turquesa de montaña, jade de montaña
No se trata de turquesa, sino de un dolomita-mármol asiático muy homogéneo y fácil de teñir. Dependiendo de la demanda y del gusto del cliente, estas piedras claras pueden teñirse de verde, azul o turquesa. Debido a su uniformidad, la turquesa de montaña se utiliza con frecuencia como sustituto económico de turquesas de alta calidad sin inclusiones.
Turquesa prensada o reconstruida (Block-Turquoise)
Se elabora a partir de restos de turquesa natural procedentes del proceso de lijado, mezclados con resina y colorantes. Esta mezcla se comercializa en bloques del tamaño aproximado de una caja de zapatos, que luego se cortan en cabujones. Este método se usa comúnmente en bisutería económica con piedras pequeñas. Visualmente, el resultado puede parecerse a turquesas naturales de alta calidad (como las de la mina Sleeping Beauty). A veces, ni siquiera se añaden restos naturales, y el material consiste solo en resina y pigmento.
Turquesa amarilla
Es una mezcla atractiva de cuarzo y jaspe, que generalmente proviene de las mismas minas que la turquesa natural. Sus colores predominantes son el amarillo, dorado, marrón y verde, y suele presentar una matriz de color gris oscuro o negro.
Turquesa Imperial o Imperial Crown Turquoise
Este término se refiere a una turquesa natural de altísima calidad y color azul celeste que puede ser trabajada (pulida, tallada) sin necesidad de estabilización. Debido a su elevado precio, normalmente se venden solo piedras sueltas, no hilos completos.
Turquesa calcárea (Chalk turquoise)
Se forma en capas más profundas y tiene la misma composición química que la turquesa azulada, pero le falta el cobre que da el color. Por eso, su tono es verde pálido, azul claro, grisáceo o blanco. Su dureza según Mohs suele estar entre 2 y 3, y su aspecto recuerda más a la tiza que a una piedra preciosa. Como se tiñe fácilmente y, gracias a su matriz, resulta visualmente atractiva, se utiliza a menudo en joyería tras ser estabilizada.
Turquesa blanca (Turquenita)
La llamada “turquesa blanca” es en realidad magnesita blanca, y su nombre es engañoso, ya que puede tener una matriz gris oscura o negra similar a la turquesa natural. La magnesita se tiñe fácilmente, por lo que también se colorea de azul, verde o turquesa y se vende como sustituto económico (bajo el nombre de turquenita). También existen versiones en colores amarillo, rojo, lila o violeta obtenidas del mismo modo.
Aplicación de la turquesa en la litoterapia
A turquesa es considerada en la litoterapia una piedra clásica de protección, especialmente útil durante los viajes. Ayuda a establecer límites frente a influencias externas y protege contra ataques energéticos. Contribuye a equilibrar fuertes cambios de ánimo, anima el espíritu y puede movilizar las reservas energéticas internas.La turquesa fomenta la vigilancia, la atención y la disposición a actuar, al mismo tiempo que favorece la calma interior y la estabilidad emocional. Ayuda a reconocer las causas del destino y estimula la intuición.<
Se recomienda llevar la turquesa en contacto directo con la piel, a la altura del plexo solar o en la zona del cuello, aunque no durante periodos prolongados. Es preferible utilizar esta piedra en situaciones concretas en las que se necesite su influencia. Cuando se usa como piedra para los chakras, puede asignarse tanto al cuarto chakra (chakra del corazón) como al quinto (chakra de la garganta). Astrológicamente, armoniza especialmente bien con los signos de Acuario y Piscis.
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