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Rubí: significado, efecto y aplicación

El rubí es una de las cuatro «piedras preciosas» clásicas: diamante, rubí, zafiro y esmeralda. En el pasado, se clasificaban en piedras preciosas y semipreciosas. Todas las demás piedras preciosas, salvo las cuatro mencionadas, entraban en la categoría de «piedras semipreciosas». Esta clasificación se suprimió hace unas décadas.

 

Origen del nombre rubí y sinónimos

El nombre rubí apareció por primera vez en Francia (Provenza) en el siglo XII y procede de la palabra latina ruber = rojo. En la Edad Media, la piedra aún se llamaba «carbunclo», pero era un término colectivo para varias piedras rojas como el granate, la espinela y el rubí. El rojo rubí es un color muy especial cuya característica típica es un bajo contenido en azul, similar al color del vino tinto espeso y fino, es decir, con un ligero tinte violeta. El tono más buscado del rubí es el llamado «sangre de paloma»; estas piedras tienen un contenido de púrpura ligeramente superior.

 

Historia y mitos del rubí

Alrededor del rubí han surgido muchas historias y mitos. Aristóteles (384-322 a.C.) escribió: «Uno (de los corindones) es tan rojo como la sangre más pura y se llama Rubino. Es el mejor de todos». El rubí siempre ha sido la piedra de príncipes, gobernantes y altos dignatarios. Si se encontraba un rubí especialmente espléndido en Oriente, se le daba una verdadera recepción de Estado de camino a su nuevo dueño. A los rubíes se les atribuían muchas propiedades curativas. En la Edad Media, por ejemplo, se llevaba como piedra protectora contra la peste y se creía que el rubí se oscurecía cuando se acercaba el desastre.

El rubí siempre ocupa un lugar destacado en coronas reales, cetros, collares y anillos. Durante mucho tiempo se pensó que la gran piedra roja de la parte frontal de la corona real inglesa era un rubí, hasta que las pruebas modernas de piedras preciosas revelaron que en realidad era una espinela roja, que también es una piedra preciosa pero no tiene la rareza y el valor de un rubí.

 

Aplicación del rubí

En la curación con piedras preciosas, el rubí se considera una piedra de vitalidad y entusiasmo por la vida. Favorece la vitalidad, promueve el empuje, la valentía, la virtud y el coraje, es decir, los atributos verdaderamente reales. Por otra parte, la piedra ayuda a equilibrar el exceso de actividad. Según la filosofía yin-yang de la medicina tradicional china, el rubí favorece las cualidades yang masculinas y activas. No se necesita una piedra muy cara y transparente para experimentar los efectos del rubí. En el mercado se pueden encontrar muchos rubíes opacos y baratos de bellos colores en forma de piedras en bruto, cantos rodados, colgantes, collares y pulseras. El rubí debe llevarse en contacto directo con la piel. Es especialmente poderoso cuando se coloca sobre el hueso púbico.

 

El rubí para los chakras y la astrología

El rubí es una piedra para el primer chakra, el chakra raíz. Sin embargo, debido a su color azul, también está relacionado con el sexto chakra, el del entrecejo. Astrológicamente, coincide con el signo de Aries, cuya intuición y poder regenerativo se dice que refuerza.

En la astrología védica, Jyotish, a cada planeta se le asigna una piedra preciosa; en este caso, el rubí simboliza el sol y las cualidades solares.